¿Cómo eran tus padres contigo? ¿Qué momentos recuerdas de tu niñez con tus padres? Wowww seguro muchas situaciones que tu alma interpreta como buenas o malas. Y más en la infancia. Donde nuestra mente es absolutista y desmedida. Seguro en tus primeros años de vida, se movieron muchas emociones en ti. Tus padres tocaron muchas fibras que te hicieron llorar o reír; sentirte abandonado o acogido; rechazado o importante.
A nuestros padres les fue encomendada una misión; la cual es indelegable e intransferible y dentro de las leyes universales que nos rigen, esa responsabilidad y autoridad ejercida en cada padre determina de manera vital la formación de personas fuertes, con pasos firmes por la vida o personas frágiles y vulnerables a cualquier desajuste emocional.
Piensa.
Sé consciente de tus propias ataduras y encontrarás como desatarte
Seguramente muchas. Unas que te permiten dar pasos largos y agigantados hacia tus sueños, pero otras que obstruyen todo el camino que desde niño querías recorrer. Y si, la vida que ahora llevas tiene sus raíces en tu infancia.
Sé consciente de tus propias ataduras y encontrarás como desatarte
A través del recorrido en el sendero llamado vida se van trazando actitudes, conductas, ideologías y creencias que nos van llevando a interpretar de cierta forma nuestro entorno y por ende despertar emociones “positivas” o “negativas”
Por ejemplo, si creciste en un hogar donde tus padres no jugaban ni compartían contigo, en ese momento tu cerebro inmaduro y en desarrollo cree que no eres importante. De adulto seguro eres una persona que necesita más atención o todo el tiempo quiere revalidar su propio valor.
Si de niño tus padres te juzgaban por tu errores y te premiaban por tus aciertos, empezaste la vida creyendo que solo cuando aciertas o haces lo correcto eres valioso o importante y que cuando te equivocas no eres valioso ni importante. Posiblemente seas un adulto que busca todo el tiempo ser aprobado por otros entregándote de más a los demás e incluso permitiendo que te pisoteen. O tal vez un adulto que se exige a sí mismo demasiado hasta el punto de pasar por encima de tus propias necesidades.
Estos ejemplos son solo posibilidades porque el tema puede ser tan amplio y tener tantas vértices como ni tú ni yo podríamos imaginar. Lo que quiero que quede en ti es que si entiendes de dónde vienen tus emociones y comportamientos será mucho más fácil desatar esos nudos que no te permiten avanzar.
Tu niño interior necesita romper barreras y emprender el vuelo con las alas de la libertad
Pronto abriré un taller y te encontrarás ante dos caminos: Desplegar tus alas y emprender el vuelo o seguir anclado a tus propias cadenas.
En esos dos caminos puedes encontrar muchas variables que causen un impacto emocional en ti. Pero quiero ser sincera contigo. A este plano vinimos para trascender no para quedarnos acomodados o resignados subiendo el volumen a las heridas emocionales y cicatrices que nos han paralizado limitando nuestra realización personal, intelectual y espiritual. Esta vida es la única oportunidad latente que tienes ahora para emprender tu vuelo hacia la libertad.
Ya no eres un niño. Ahora eres un adulto. Tienes la responsabilidad absoluta sobre ti, sobre tu vida, tus decisiones. Y el niño que habita en ti, tiene una necesidad apremiante de liberarse, de sanarse, de romper cadenas y desatar esos nudos generacionales que atan al adulto impidiéndote dar pasos agigantados hacia tu evolución y crecimiento. Tienes un poder infinito. Ese poder eres tú mismo.