Cada día escuchamos hablar más y más de la física cuántica. Tanto en los círculos universitarios como en la tecnología, como en el mundo de la medicina.
La física cuántica estudia los fenómenos que ocurren en el mundo atómico y subatómico, es decir en el dominio de los átomos, de sus núcleos y las partículas, considerados los ladrillos de la materia.

El término cuántico proviene de Cuantúm, que es la unidad más pequeña de la luz y, por tanto, de cualquier energía electromagnética.
En el nivel cuántico toda materia es energía, guiándonos hacia un concepto de realidad repleta de campos de energía y en el cual el ser humano se convierte en un ser enérgico inmerso en este inmenso mar de ondas vibrantes.
La física cuántica nos ofrece un marco de pensamiento holístico basado en estos campos de energía que son importantísimos en el campo del universo, en las propiedades de la materia observable e incluso en nuestra salud y bienestar.
Conciencia y mundo cuántico están entrelazados sutilmente por quanta (plural de quantum que significa cantidad de luz), es más, la conciencia es un fenómeno de onda cuántico regido por un patrón coherente, dicha coherencia determina nuestra armonía y equilibrio físico-energético. Por eso es que digo en mis post y conferencias que si tienes un conflicto sea físico o emocional es porque no estás en coherencia.
La física cuántica también constituye parte fundamental en nuestra vida a través de numerosas aplicaciones, desde los transistores, los móviles o celulares con el wifi, hasta la generación de energía en las centrales nucleares.

Pero no solo sus aplicaciones se ciñen al ámbito tecnológico, si no que la cuántica está relacionada con la medicina vibracional y con el ser humano en su dimensión energética. Desde tiempos remotos la cultura oriental nos habla de este cuerpo energético, considerando diferentes niveles de conciencia de vibración de las partículas constituyentes.
La medicina energética influye directamente sobre la coherencia e intensidad del sistema energético humano, generando efectos beneficiosos sobre células, órganos y sistema del organismo.
Todo lo anterior nos conduce a un cambio de paradigma en el mundo actual, según el cual los mecanismos cuánticos trascienden la realidad observable, una visión diferente a la que estamos habituados. Un punto más amplio y rico. Nos abre la mente a nuevos e increíbles conceptos.
A través de la ley de resonancia entendemos que todo en el universo se comunica entre sí por medio de vibraciones. Todas las cosas y todos los seres vivos en el mundo conocido tienen una vibración propia. Lo mismo sucede con todas las células de nuestro cuerpo y toda la materia. Si investigamos la energía vibratoria de la materia, comprobaremos que distintos objetos oscilan con diferentes frecuencias y algunos oscilan con una frecuencia igual o similar entre sí. Esto lo vemos en el piano: si pulsamos una nota en el piano veremos que todas las cuerdas, al resonar con la nota pulsada (es decir que reconocen la nota pulsada y armonizan con ella) entran en vibración. Las notas podrán ser más altas o más graves, pero mientras estén en resonancia vibrarán.
Cuando acompaño a una persona en una sesión y llegamos al engrama o a la raíz de la emoción que originó el conflicto que le ha estado afectando, y se repara con los mismos recursos que están en el clan familiar en el momento que ocurrieron lo hechos, la persona toma conciencia y a la vez el cerebro se comienza a resetear o cambiar esos programas instaurados inconscientemente. Inmediatamente el corazón recibe la información y la persona se siente liviana como si se hubiera quitado un peso de encima (esa es la energía negativa que venía cargando, no se ve pero se siente). Al liberarnos nos sentimos en paz y en libertad.
Ya con esta toma de conciencia el chakra del corazón empieza emitir energía de amor, esta vibración empieza a resonar en todo el clan familiar que es donde nace todo: las creencias, rencores, abandonos, patrones familiares… pero también las virtudes, fortalezas y el amor (que encierra todo). Ellos comienzan a verte diferente sin importar la distancia de lugar o país. Ellos lo perciben en ti, debido a que vibras diferente. Posiblemente rechacen tu transformación e inconscientemente no quieran que cambies porque ya no hay esa resonancia en ellos. Las indiferencias con la familia duran relativamente poco tiempo después llega esa armonía en todos los que nos rodean. Así se mueven las energías.