El Cáncer de Seno

Antes de los años 60 el papel de nosotras las mujeres en la sociedad era simplemente el de cuidadora y dadora de vida, pero era mal vista la independencia y no teníamos el poder de tomar decisiones, por ejemplo, votar en muchos países, sobre todo en occidente, no era posible.  Pero después de esta década el aporte y participación de la mujer se reafirmó cada vez más, sobre todo hoy en día donde la comunicación (la informática, el transporte, etc.) es inmediata y esto nos permite dar pasos agigantados hacia adelante, sin embargo, aún es común que en las plataformas de redes sociales y algunas páginas de internet se haga censura al cuerpo de la mujer, como en la antigüedad.

Los senos representan la feminidad y la maternidad, son ellos quienes proveen el primer alimento a un recién nacido y cada vida se gesta en el sistema reproductivo femenino.  Y es allí en los pechos donde podemos encontrar una de las enfermedades mas comunes de estos tiempos, el cáncer de mama, que según las estadísticas este es el tipo de cáncer mas común en todo el mundo.

Esta enfermedad suele indicar ciertas actitudes y pensamientos profundamente arraigados desde la tierna infancia.  Cuando tengo dificultad de expresar mis verdaderos sentimientos, cuando no puedo encontrar el equilibrio entre mi papel de madre y de mujer cumplida, estos conflictos interiores atormentan mi búsqueda del balance.  Así descubrimos que este tipo de cáncer viene de un fuerte sentimiento de culpa hacia uno mismo o hacia uno o varios de los hijos y esto se refleja comúnmente en algunas de las preguntas que se hacen a si mismas las personas que han sufrido esta patología ¿Por qué he adquirido esta enfermedad? ¿Qué hice para merecerlo? ¿Seré una buena madre o mujer para cuidarme de el?, preguntas que, si observamos bien, solo hacen referencia a la culpabilidad que me estoy atribuyendo, el rechazo por mí misma, lo que en consecuencia aumenta el temor a que los otros me rechacen.

 

Al juzgarme con tanta crueldad solo estoy amplificando mi ira y mi rechazo, estoy evadiendo mis emociones profundas y las estoy expulsando al nivel de mis pechos, que terminan convirtiéndose en el símbolo de mi fracaso.  El cáncer de pecho me quiere decir que vivo una situación de conflicto, tanto de cara a mí misma como también lo puede ser a alguien más que forme parte de mi espacio vital o de mi “nido”, con mayor frecuencia se trata de los hijos o de alguien a quien se considera como tal (por ejemplo: una madre enferma que se siente desprotegida como un niño pequeño), o puede también significar que se tiene miedo de que el hogar se derrumbe. En otras ocasiones este miedo también tiene relación con la supervivencia de uno de mis hijos o de todos ellos.

En un sentido más amplio el “nido” puede agrupar a mi cónyuge, mis hermanos y hermanas, particularmente si vivimos bajo el mismo techo, lo que comúnmente se conoce como el clan, y está conformado por las personas cercanas y con las que más frecuentemente puedo tener la sensación de que hay algún conflicto o derrumbamiento.

Los hombres, al igual que las mujeres pueden desarrollar este tipo de cáncer y esto tiene mucho que ver con el conflicto interior masculino de aceptar su propia naturaleza femenina.  Sucede que algunos hombres manifiestan su lado femenino y materno casi tanto como las mujeres, puedo ser una mujer transexual o transgénero y energéticamente, puedo ser tanto o más femenino que una mujer cis. Por esto, el cáncer de pecho que en muy pocos hombres se manifiesta, está asociado directamente a la estima y a la capacidad de expresar naturalmente el lado femenino innato. En otros casos puede estar vinculado al hecho de ser un hombre y al deseo inconsciente de ser mujer, un aspecto que debo equilibrar en la vida.

 

Depende del lado de mi cuerpo donde se manifieste el cáncer, las causas pueden ser distintas, el lado izquierdo, por ejemplo, corresponde al campo afectivo y el derecho al racional.

 

El cáncer de pecho izquierdo designa pues todas las dificultades afectivas y las emociones inhibidas como mujer y más me vale aceptar la mujer y la madre en mí y los sentimientos interiores que vivo con relación a cada uno de ambos papeles.

 

El cáncer de pecho derecho indica una gran preocupación por que me reconozcan como una mujer responsable y la necesidad de complacer a los otros en lo que esperan de mí. Observemos que esto se aplica también a los hombres, aunque el cáncer de pecho como dije antes sea más escaso.

Esto también tiene mucho que ver en la importancia estética que le doy a los pechos, en especial su volumen y forma, siempre guiada por unos estándares sociales de belleza. Se cree entonces que, si mí lado masculino es dominante, puedo tener senos más pequeños y puedo considerarles frecuentemente como inútiles o sin valor. El cuerpo habla y mis senos también; soy yo quien he de decidir la importancia concedida a este símbolo femenino y sexual.  La búsqueda de un equilibrio es importante y el cuerpo se ajustará energéticamente en consecuencia a las decisiones tomadas por la mujer (o el hombre) en el porvenir. Todo está en la actitud, el amor y la aceptación de sí mismo.

Cabe aclarar que este artículo es una orientación a para tomar consciencia y solo habrás de aceptar de él lo que resuene contigo.

Aunque pueda existir una semejanza entre las dolencias o enfermedades en las personas que no gestionan sus emociones de manera correcta o tienen conflictos emocionales no resueltos, las manifestaciones son diferentes en cada cuerpo y tu cuerpo tiene un lenguaje para hablarte solo a ti, de una forma u otra se manifestará para que le escuches y así como es de fuerte el dolor, es el tamaño del conflicto.

 

¿Has querido cambiar de sexo y/o genero y tu pecho es uno de uno de los mayores inconvenientes?

 

¿Has sentido que desde temprana edad quieres tener un pecho voluminoso como algunas mujeres sin tener claro el por qué o sin pensar en tu identidad?

 

¿Eres una chica y no te gusta el volumen de tus senos?.

Voy a contarte una historia real.  Una clienta llegó a consulta con un cáncer en el seno izquierdo diagnosticado medicamente, indagando en diferentes situaciones en la línea de su vida encontramos la emoción no gestionada.  Nos referiremos de ahora en delante de la siguiente manera C) Consultante. A) Terapeuta

 

A) ¿Estado civil?

 

C) viuda, pensionada, 5 hijos (3 mujeres y 2 hombres) vivo con un familiar, 66 años.

 

A) ¿Tiempo del síntoma?

 

C) 2 años.

 

A) ¿Situación de estrés fuera del cáncer?

 

C) Ahogada por las deudas, no tanto mías si no de los demás (me endeudo yo por pagarle créditos a mi familia)

 

A) ¿Y cuál es la sensación?

 

C) Abuso, siento que abusan de mí, pero yo no soy capaz de decir que no

A) ¿Y dónde te resuena un abuso?

 

C) Cuando tenía 10 años, ahora que lo recuerdo, en ese momento era como la empleada de la casa. Soy la quinta de 14 hermanos, pero mi madre no daba para tanto y me exigía a mí que le ayudara.

 

Para hacer un resumen de la sesión en las tres generaciones anteriores de esta familia había más situaciones de abuso, la consultante no quería que su familia sufriera lo que sufrió ella, sobre todo sus hijos, una situación que se presentaba de la siguiente manera en el inconsciente del hijo: mi madre no es capaz de decirme que no, porque cuando era niña no le podía decir que no a su madre y debía obedecerle.  Él sabía que tenía a su madre para pagar todas sus deudas (abuso).  El cuerpo de la consultante finalmente no aguanto más y se manifestó en el seno izquierdo.

 

La consultante tomo consciencia de que su madre también sufrió abusos y no tenía la culpa de haber abusado de ella en su niñez, que su comportamiento era un patrón heredado de generaciones anteriores y fue sanando muy rápidamente con la ayuda de los regalos recibidos por una mujer del linaje materno, recursos con los que afrontará el paradigma de un futuro prometedor.

Cuando esta mujer llegó por primera vez a consulta su cáncer se estaba extendiendo a otras zonas de su cuerpo.  Pocos meses después de estar en consulta le suspendieron la quimioterapia y otras operaciones pendientes, al día de hoy la consultante vive su vida y realiza sus actividades como las personas sanas de su edad.

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